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miércoles, 22 de agosto de 2012

Siria. Armas químicas, Obama y la cohorte de bufones de EE.UU.


Crece campaña para justificar agresión contra Siria

Damasco, 22 ago (PL) Círculos políticos y medios de prensa occidentales intensifican hoy la campaña para justificar una agresión contra el pueblo y el gobierno de Siria, en este caso enarbolando el tema de las armas químicas.
El lunes, el presidente estadounidense, Barack Obama, amenazó con una acción militar directa si Damasco intenta utilizar armas químicas o biológicas, o las proporciona a aliados de grupos como Al-Qaeda.

No aceptaremos que las armas químicas o biológicas caigan en las manos de la gente equivocada, señaló amenazante el mandatario durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca.

Los pronunciamientos tuvieron un amplio destaque en medios estadounidenses y de sus aliados de la OTAN, que lo consideran una luz verde para proseguir intentos encaminados a derribar al gobierno del presidente Bashar al-Assad, sin escatimar medios y esfuerzos.

En la línea trazada por la Casa Blanca, este miércoles el diario alemán Die Welt comenta que Siria "tendría en su poder no sólo un arsenal de armas químicas, sino también un gran número de armas biológicas".

El rotativo cita al experto alemán en armamentos Hans Rühle, quien dice los sirios trabajan en la elaboración de agentes infecciosos como carbunco, peste, tularemia o fiebre de los conejos, botulismo, cólera, ricina, el virus campelpox, viruela y aflatoxinas.

Carente de elementos demostrativos, el analista indica que las sustancias ya fueron probadas, mientras que otras provendrían de las investigaciones soviéticas, desarrolladas para la producción industrial y su utilización militar, un argumento perdido en el tiempo.

La aparición de estas observaciones pudo ocurrir lo mismo en Paris, Londres y otros países que integran la cruzada occidental contra Damasco.

El fantasma de las armas de destrucción masiva (ADM) fue utilizado contra Irak y al final, Washington tuvo que admitir que todo fue una farsa para justificar la agresión, algo que aún lamentan las familias estadounidenses.

Según el diario Chicago Tribune, la última vez que un presidente estadounidense amenazó con emprender acciones militares sobre armas de destrucción masiva en Oriente Medio, provocó una tormenta de debate interno.

La mayor parte, agrega, vinculada con la pregunta: ¿Qué intereses de seguridad nacional estadounidenses están en juego en esta lucha?.

Eso es algo que Obama no ha hecho todavía. Esperamos que no tenga que hacerlo, añade, y más en medio de su carrera de reelección a la presidencia.

mem/lb

Geopolítica y Nuevo Orden Mundial

El proyecto de Nuevo Orden Mundial tropieza con las realidades geopolíticas

por Imad Fawzi Shueibi*

RED VOLTAIRE | DAMASCO (SIRIA) 
Hace 4 siglos que los líderes políticos vienen tratando de crear un orden internacional capaz de regir las relaciones entre las naciones y de evitar las guerras. Aunque el principio de la soberanía de los Estados arrojó resultados, las organizaciones intergubernamentales han reflejado esencialmente la correlación de fuerzas correspondiente a cada momento. En cuanto al ambicioso proyecto estadounidense de Nuevo Orden Mundial, el hecho es que está estrellándose contra las nuevas realidades geopolíticas.

La lenta formación de un orden internacional

Si bien la expresión «orden mundial» es de reciente aparición en el discurso político, la idea misma de instaurar un orden mundial, o internacional, data ya del siglo XVII y fue tema de discusión cada vez que se presentaba una posibilidad de organizar la paz y de darle un carácter permanente.
Ya en 1603, el rey francés Enrique IV daba a su ministro, el duque de Sully, la tarea de elaborar un primer proyecto. El objetivo era la constitución de una república cristiana que incluyera a todos los pueblos de Europa. Dicha república debía garantizar la preservación de las nacionalidades y cultos y encargarse de resolver los problemas entre esos componentes.
Aquel Gran Empeño incluía una redefinición de las fronteras de los Estados como medio de equilibrar el poderío de los mismos y la creación de una Confederación Europea de 15 miembros, con un Consejo supranacional que debía disponer de poder de arbitraje y de un ejército capaz de garantizar la defensa de la Confederación contra los turcos.
El asesinato de Enrique IV interrumpió aquel sueño, que no resurgió ya hasta el final de las guerras desatadas por Luis XIV. El abate Saint-Pierre dio a conocer por entonces suProjet pour rendre la paix perpétuelle entre les souverains chrétiens[En español, “Proyecto para perpetuar la paz entre los soberanos cristianos”. Nota del Traductor.].
Aquel plan, que fue presentado al Congreso de Utrecht (en 1713), consistía en adoptar íntegramente todas las decisiones tomadas en aquel encuentro como base definitiva para el trazado de las fronteras entre los países beligerantes y en la creación de una liga de las naciones europeas (una federación internacional) que se encargaría de prevenir los conflictos.
Independientemente de la mencionada utopía, lo más importante de aquella época fue, por supuesto, los Tratados que hicieron posible la Paz de Westfalia, firmados en 1648, al cabo de una guerra de 30 años, guerra que se libró bajo estandartes religiosos, dando lugar a una gran acumulación de odio, y en la que pereció el 40% de la población.
Las negociaciones se prologaron durante 4 años (de 1644 a 1648) y finalmente concretaron una igualdad entre todas las partes beligerantes, ya fuesen católicos o protestantes, monárquicos o republicanos.
Los Tratados de Westfalia establecieron 4 principios fundamentales: 
- 1. La soberanía absoluta del Estado-Nación y el derecho fundamental a la autodeterminación política. 
- 2. La igualdad entre los Estados-Naciones en el plano jurídico. En virtud de ese principio, el más pequeño de los Estados se considera igual al más grande, independientemente de su fuerza o su debilidad, de su riqueza o su pobreza. 
- 3. El respeto de los tratados y la aparición de un derecho internacional de obligatorio cumplimiento [O sea vinculante. NdT.]. 
- 4. La no injerencia en los asuntos internos de los demás Estados.
Cierto es que esos principios generales no garantizan una soberanía absoluta, que en realidad nunca ha existido. En todo caso, se trataba de principios que deslegitimaban todo acto susceptible de abolir dicha soberanía.
Todos los filósofos vinculados a la política respaldaron esos proyectos. Rousseau exhortó vehementemente a la formación de un Estado único de carácter contractual que debía reunir a todos los países de Europa. En 1875, Kant publicó Para la paz perpetua. La paz es para Kant una construcción jurídica que exige el establecimiento de una ley general aplicable a todos los Estados. El utilitarista inglés Bentham condenó la diplomacia secreta por tratarse de un procedimiento que se separa del derecho. También llamó a la creación de una opinión pública internacional capaz de obligar a los gobiernos a someterse a las resoluciones internacionales y al arbitraje. Artículo completo
*Filósofo y geopolítico. Presidente del Centro de Estudios Estratégicos y Documentación (Damasco, Siria).

N. del E. El lector deberá tener en cuenta que en la traducción no se modificaron las equivalencias de las cifras en inglés. Por lo tanto deberá entender que cuando el autor expresa billones su equivalencia en castellano será de miles de millones y donde dice trillones será billones.

Fuente: Voltaire Net http://www.voltairenet.org/