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jueves, 5 de abril de 2012

El iraquí que ayudó a matar a 100.000 iraquíes


 Por Juan Gelman
Su nombre es Rafid Ahmed Alwan al-Janabi y el lunes pasado reiteró en el programa Modern Spies, de la BBC2, lo que ya había confesado al periódico británico The Guardian: él fabricó la falsedad de que Saddam Hussein poseía armas de destrucción masiva, el argumento central de W. Bush para invadir y ocupar Irak. Se recuerda el énfasis con que el general William Powell, entonces secretario de Estado, defendió ante el Consejo de Seguridad de la ONU, un mes antes de los hechos, la necesidad de intervenir militarmente en el país asiático mostrando el plano de un supuesto laboratorio móvil de gases letales (//fórums.digitalspy.co.uk, 24-12).
Al-Janabi huyó a Alemania en noviembre de 1999 y buscó refugio político aduciendo que era ingeniero químico –se abstuvo de decir que no graduado– y que tenía información decisiva para Occidente. Lo acogió el servicio de inteligencia del país, la BND, que lo mantuvo a su disposición hasta septiembre del 2001 y le dio un nombre de guerra, Curveball. A pesar de las inconsistencias de sus afirmaciones, el organismo de inteligencia del Pentágono las dio por buenas y sobre todo el vicepresidente Dick Cheney, ansioso por declarar la guerra a Saddam. “Les conté lo que querían oír”, dijo el “informante” Al-Janabi. Lástima que el cuento costó más de 100.000 vidas, incluidas las de 4416 efectivos estadounidenses, para no hablar de los billones de dólares que el complejo militar-industrial embolsó agradecido.
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Fuente: http://www.pagina12.com.ar/